Lo anterior para revisar el plan de seguridad con el que cuenta el recinto educativo y determinar los tiempos de espera frente a las situaciones de emergencia.

Los simulacros de emergencia y/o desastres socio naturales, constituyen una herramienta esencial para que las comunidades educativas puedan prevenir riesgos y amenazas a las que se vean expuestos y al mismo tiempo determinar medidas que les permitan resguardar sus vidas y promover el cuidado de todos.

En este contexto es que recientemente el Colegio Domingo Santa María de Vicuña llevó a cabo un simulacro de incendio. Se trató de un siniestro que afectó eventualmente a una de las salas de clases y por consecuencia dejaba una persona herida. Instancia que tuvo como propósito revisar el plan de seguridad con el que cuenta el recinto educativo y determinar los tiempos de espera frente a las situaciones de emergencia, para así realizar correcciones, identificando tanto deficiencias como oportunidades de mejora.

Sobre el desarrollo del simulacro “tuvimos una respuesta positiva, una evacuación ágil donde pudimos ir revisando que mejoras podemos hacer para que este tipo de actividades en la realidad, puedan salir de mejor forma”, así lo sostuvo la directora del establecimiento, María Fernanda Núñez. Respecto al compromiso demostrado por la comunidad educativa, señaló que “nuestros apoderados siempre están apoyando las iniciativas, sobre todo esto que significa medidas preventivas frente a una emergencia. Por esta vez ellos estaban avisados, sin embargo, tendremos otro simulacro donde no se les dirá y podremos ver el tipo de respuesta que ellos tengan”.

El ejercicio práctico implicó la participación y colaboración de actores externos, principalmente de Bomberos, así como el apoyo de Carabineros, Hospital y la Dirección de Seguridad Pública, a través del Departamento de Gestión del Riesgo de Desastres, perteneciente al municipio local.

En sentido, Diógenes Rojas, primer comandante del Cuerpo de Bomberos de Vicuña, se refirió a la importancia de que se realicen estos procedimientos, entregando algunas recomendaciones “la realidad supera totalmente la ficción, el entrenamiento de parte de las instituciones con los colegios, hubo muy buenas ideas. Cuando sucede un evento, en la realidad hay mucho factores que aquí faltan, por ejemplo la desesperación de los padres, el tránsito vehicular que no entiende lo que pasa, por eso el llamado a la comunidad a cooperar, los conductores bajar la velocidad, estar atentos a las condiciones del tránsito (…) hubo algunos detalles, pero en general un balance positivo tanto nuestro como del colegio, los tiempos de respuesta que es lo importante”.

Asimismo, Gabriel Palma Ojeda, jefe del Departamento de Gestión del Riesgo de Desastres, destacó que estas instancias permiten vincular a las diversas instituciones “se involucra a los distintos organismos de emergencia, principalmente bomberos en las labores de contención, apagado del incendio estructural que se simuló y para seguridad municipal que tiene que ver con los cierres de calles (…) queremos ir fomentando la realización de simulacros en los distintos establecimientos e ir avanzando en otras modalidades de simulacro, abarcar otras amenazas o fenómenos, por ejemplo el de aluvión”.

En Chile, los ejercicios prácticos (simulacros) enfocados en los establecimientos educacionales, son coordinados por SENAPRED y cuentan con la colaboración del Ministerio de Educación, a través de los cuales se busca evaluar las condiciones de seguridad y las acciones de preparación en los recintos educativos, además de “aumentar la atención y participación de la ciudadanía, fomentando una cultura preventiva y de autocuidado”.