El joven médico ha asumido importantes responsabilidades en el hospital San Juan de Dios de Vicuña, que le han permitido ser encargado de varias unidades, incluso, desempeñarse como director del recinto por dos años. Pergaminos que se traducen en el reconocimiento del área de la salud que recibirá en el marco del aniversario 203 de la ciudad elquina.
Carlo Andrés Fuentes Campos es médico de profesión y nació en Salamanca (provincia del Choapa) un 26 de enero de 1993. El joven profesional estudió medicina en la Universidad Pedro de Valdivia de La Serena, carrera de la cual se tituló el 12 de diciembre de 2018.
Poco antes de terminar su formación de educación superior, llegó hasta Vicuña para realizar su práctica, último internado que duraría 8 semanas. El ambiente le gustó tanto, al grado de gestionar su estadía en el hospital elquino. El 10 de enero ya era funcionario.
Al poco tiempo de comenzar a trabajar en el recinto de salud asumió la jefatura del servicio de medicina hasta el 2020. Ese mismo año, se encargó de la subdirección de apoyo clínico terapéutico y desde el 2021 hasta el 2023 se desempeñó como director del hospital, cargo que sitúa como el desafío más importante de su carrera.
Carlo tiene sus orígenes en una familia compuesta por su padre Carlos Fuentes, que es profesor de matemáticas, por su mamá Paula Campos, quien es técnica en enfermería, y de su hermana menor de 21 años de edad.
Es, precisamente, de su madre de quien heredó el interés por la salud, por la vocación de servicio, por prestar ayuda a quien lo necesita. Algo que el doctor Fuentes vive en carne propia al trabajar en la salud pública, escenario que demanda disponibilidad a tiempo completo, más allá de sus jornadas laborales, muchas veces, sacrificando fines de semana y noches de descanso.
Sobre su vida en Vicuña, su experiencia en el hospital San Juan de Dios, del reconocimiento otorgado y otros temas se refiere en la siguiente entrevista:
¿Cómo surge el interés por dedicarse a la salud?
“Mi mamá trabajó en el hospital de Salamanca y, también, en el departamento de salud municipal. Resulta que, de pequeño, estuve ligado a ésta área. Además, mi hermana nació con algunos problemas cardiológicos y la tuvimos que acompañar a Santiago. Siempre me sentí interesado, viendo lo que hacían, los procedimientos, acompañaba a mi mamá a hacer curaciones, de chico le dije que me enseñara a inyectar y, como me iba bien en el colegio, pude escoger la carrera de medicina”.
¿Tuvo dudas o prejuicios cuando eligió medicina como profesión?
“En realidad, cuando uno entra a la universidad y viene con algunos prejuicios de un pueblo pequeño es muy difícil adaptarse al ambiente de la ciudad, al ambiente universitario, y sobre todo a la carrera de medicina que es muy demandante. Yo, hasta el último año que estudié, no estaba seguro si iba a poder salir de la carrera, gracias a Dios me fue bien y en el período que correspondía, pero, siempre, con el dejo de temor. Incluso, cuando uno está ejerciendo también tiene ese miedo de si es adecuado o no lo que uno le está dando al paciente, porque se tiene en las manos la responsabilidad y la vida de las personas. No es algo fácil (…) está ligado al ámbito de superación, de estudiar; la medicina es una carrera en la que uno debe perfeccionarse toda la vida”.
Vicuña y Salamanca se asemejan en algunas características, ¿Cómo ha sido vivir en esta zona?
“Espectacular, o sea, es un grato ambiente, es una calidad de vida totalmente diferente a la ciudad, el estrés, el ruido, los tacos, las bocinas, los semáforos, todo eso no se encuentra acá en Vicuña ni en el valle de Elqui. Es un lugar que ofrece mucha paz para vivir y desenvolverse, ha sido fantástico, muy acogedor”.
¿Cuáles son sus proyectos a corto, mediano y largo plazo?
“En el muy corto plazo, lamentablemente, me tengo que ir de Vicuña. Yo cumplí mi ciclo, los médicos tenemos cierto tiempo de formación en donde nosotros estamos en un hospital comunitario, antiguamente, llamado tipo 4, y después de este tiempo, debemos decidir a qué nos vamos a dedicar; otra vez a estudiar. Así que voy a empezar mi etapa de especialización que será anestesiología”.
¿Cómo considera que ha sido su relación con la comunidad elquina?
“En general, la gente de acá es muy amable, a lo mejor va a sonar un poco arrogante de mi parte, pero siempre tuve una buena llegada con las personas, sentí el cariño de los pacientes hacia mi manera de atenderlos, de hecho, tengo algunas felicitaciones por ahí guardadas, un reconocimiento que me hicieron acá en el hospital, y creo que la población tiene cierta manera más carismática de llegar, los pacientes no son como en la ciudad que pasan a ser como un número o un capital en el área de los recursos humanos, sino que acá estamos tratando con una persona y esa es la diferencia importante porque se nota en los pequeños gestos que tienen ellos con nosotros como el potecito de mermelada o la bolsa con fruta que son muestras de afecto”.
En el momento en que le comunican que será reconocido, ¿Cuál fue su reacción?
“La verdad, fue increíble. No me lo esperaba, justo coincidió con mi partida, un cierre de ciclo fantástico, qué más podría pedir, nunca me desempeñé buscando algún reconocimiento, sino que siempre traté de entregar lo mejor, y, ahora, terminado mi carrera por Vicuña que me digan ‘tienes este reconocimiento’ es fantástico”.
¿Tiene alguna dedicatoria especial?
“Claro, a una de las personas más importantes en mi vida que es mi esposa, la conocí acá también (ríe), nos conocimos en este lugar y nos casamos. Ella es enfermera, trabaja en el hospital también y siempre fue un pilar, un apoyo fundamental, no es fácil estar casado con un médico, los turnos de noche, a veces se llega tarde a la casa, pero, como ella es del área lo entiende. De ese reconocimiento quiero hacer parte a mi esposa que es clave en todo esto, más que nada, por siempre motivarme a seguir tratando bien a la gente, a seguir dando lo mejor por los pacientes, y, quizá, como decía anteriormente, no lo busqué, pero llegó y creo que es lo bonito. Que se reconozca algo que uno hace con dedicación y con vocación es fenomenal”.
¿Cuál es su deseo para este hospital, para sus colegas y funcionarios que forman parte de la salud y que deben dar respuesta directa a las necesidades de la población?
“Mire, cuándo fui director siempre quise que el hospital creciera, tanto en recursos humanos como en recursos físicos, sabemos que la salud pública es un desafío importante y se necesita inyectar más insumos y es lo más difícil porque, a veces, es complejo conseguir personas que quieran dedicarse a la parte pública, que tengan la vocación de servicio y eso es lo que yo trato de inculcarle a las nuevas generaciones, a los que vienen: luchen por la salud pública porque nosotros somos la mejor y, quizá, la única opción que tenga el paciente acá en el valle de Elqui”.