Ambos lideres locales fueron asesinados por la dictadura militar. El hito histórico está instalado al frente de la escuela Lucila Godoy Alcayaga.
En la intersección de las calles O´Higgins con Carrera de la ciudad elquina se llevó a cabo la ceremonia “Vicuña: Huellas de Memoria y Vida”, evento organizado por la Corporación de Memoria MAPU y la Ilustre Municipalidad de Vicuña, hito que tenía como objetivo brindar un merecido homenaje a dos destacados vecinos de la zona: Carlos Enrique Alcayaga Varela y Jorge Manuel Vásquez Matamala, ejecutados y asesinados por la dictadura militar del dictador Augusto Pinochet, hace ya 50 años atrás.
A 50 años del Golpe de Estado, son miles los que siguen buscando reparación, verdad, justicia, e incluso, muchos siguen buscando a sus seres queridos. esto ha motivado la creación de diversas instituciones que, como es el caso de la corporación, que se crea en diciembre del 2018 bajo el alero del comité de Memoria Kapu.
Así lo graficó su presidente, Raúl Fernández Bacciarini, quien entregó agradecimientos por la posibilidad de llevar a cabo esta actividad llena de recuerdos y emoción. “Una noche llena de emoción, pese que van pasando los años, tenemos el derecho de seguir emocionándonos. Vinimos 25 compañeros desde Santiago a Vicuña, estamos muy agradecidos del alcalde, en todos los años que llevamos como agrupación, nunca habíamos tenido un apoyo como el que tuvimos aquí, estamos muy felices”.
El representante de la Corporación de Memoria MAPU dijo además que esta agrupación busca seguir con la reinvidicación de los aspectos de la vida de las personas asesinadas y desaparecidas, sin odio y sin ánimo de venganza. “Hemos conformado esta corporación para mantener activos el recuerdo de muchas personas que en algún momento tuvieron sueños, los cuales fueron truncados un 11 de septiembre. Nuestro ánimo no es de venganza, sino que de justicia, esto ha sido el ánimo de nosotros”.
Este contexto histórico y doloroso de nuestra nación se conecta con la actividad en donde se rindió homenaje a estos dos grandes líderes y referentes sociales de la época dictatorial en Vicuña, asesinados por la dictadura militar. En la ocasión hubo representaciones artísticas, testimonios de autoridades y familiares, la instalación de placas conmemorativas y el depósito de claveles en este espacio.
Uno de los familiares presentes fue Carolina Vásquez, nieta de uno de las personas conmemoradas. En la ocasión agradeció este espacio necesario para la sociedad actual. “Es un día especial, un día que hacemos historia, en donde sabemos y damos a conocer que pasó con el ex gobernador. Me parece muy simbólico que lo hagamos al frente de la escuela Lucila Godoy Alcayaga, la verdad ha sido una gran jornada, muy agradecida de esta oportunidad”.
Visión similar tuvo Efraín Vásquez, hijo de Jorge Manuel, quien resaltó que es increible como la memoria mantiene a las personas vivas. “Es increible como la memoria lo mantiene a uno vivo y siempre dispuesto a estar presente en una actividad social, política. Muy agradecido de este espacio que se ha dado, de este memorial, pasaron 50 años y esto sirve para mantener la memoria para las futuras generaciones”.
Otro de los familiares fue la nieta de Carlos Enrique, Luisa Flores Alcayaga. En la oportunidad también agradeció a quienes hicieron posible esta emotiva actividad. “Hay muchas emociones, muchos sentimientos encontrados, con la colocación de estas placas se viene a pagar una deuda de memoria con ellos, quienes fueron parte de esta tierra y que tanto sufrieron en ella”.
Las placas conmemorativas fueron instaladas en la casa de Inés Rojas Varas, Defensora Regional de Coquimbo, autoridad que estuvo presente en la realización de este homenaje. “Este es un acto muy emotivo, cuando se planteó esta posibilidad, nos pareció necesaria como familia. Yo no los conocí, pero mis padres siempre me hablaron de ellos. Espero que la gente le tome valor a este lugar en donde se ha instalado estas placas”.
El alcalde de Vicuña, Rafael Vera Castillo, estuvo presente junto a la concejala Caroll Alcayaga Callejas. En la ocasión la primera autoridad comunal resaltó que en este lamentable período de la historia sucedieron hechos lamentables para nuestra sociedad, donde los seguidores y colaboradores al Gobierno del Presidente Salvador Allende Gossens, fueron perseguidos, encerrados, torturados, ejecutados, asesinados. “En muchos casos desaparecidos, violándose de manera sistemática y cruelmente sus derechos humanos. Acá tenemos dos ejemplos de muchos más vicuñenses que la pasaron mal y murieron por pensar distinto”.
El jefe edilicio vicuñense agregó que con este tipo de actividades el municipio busca mantener viva la memoria de las víctimas de aquel periodo oscuro, tal como sucedió el 2023 con el matrimonio Lejderman Ávalos asesinados en los cerros de Gualliguaica en 1973. “El acto que se ha hecho hoy día viene en esa línea. Quizás durante este periodo podríamos habere hecho más, pero creo que después de los años todos tenemos la visión que nunca más debe haber un terrorismo de Estado”.
Carlos Enrique Alcayaga Varela: De una infancia marcada por el dolor de la pérdida de su madre, Natalia, quien extraía machas de la playa, cuando Carlos solo tenía 15 días de vida y por la pérdida de su padre, Félix, mariscador, cuando tenía 8 años de vida, lo que lo obliga a abandonar la escuela y dedicarse a la vida laboral a su temprana edad, lo que le permitió recorrer los duros caminos de la vida, llegando a trabajar a Copiapó, donde ingresó como secretario de la organización de las juventudes comunistas, lugar en el cual conoce a Guillermina Zepeda, quien a futuro se transformara en su esposa, con quien tuvo 7 hijos, quienes a medida que iban naciendo se transformaron en un lucero para su padre Carlos, quien era reconocido por Guillermina como buen compañero y buen padre, comprometido con su familia y con la lucha social y la igualdad de oportunidades para los trabajadores.
Poco antes de la elección del Presidente Allende, Carlos llega a Vicuña junto a su familia con una maleta llena de ilusiones buscando mejores condiciones laborales, y por consiguiente, mejores condiciones de vida para él y su familia, lo que motivó tanto a Carlos como a Guillermina, a abandonar la militancia en el Partido Comunista, motivados por el bienestar familiar. Sin embargo, vientos revolucionarios llegan a buscarlos cuando se concreta la candidatura única de salvador allende y es necesario volver a darle vida a los comités de unidad popular que estaban desplegados en todo el país.
Motivamos por los cambios que se avecinaban, les invitan a ser parte y militar al MAPU, a lo cual ellos aceptan comenzando su militancia, reforzando su compromiso social con el triunfo de la unidad popular en las urnas, el hecho más importante ocurrido en la vida de Carlos Alcayaga.
Una vez instalado el gobierno de Salvador Allende, se le entrega al MAPU la responsabilidad de la Gobernación de Vicuña, liderados por Jorge Vásquez Matamala. A Carlos se le propone la candidatura a la CUT de La Serena, siendo electo secretario general, asumiendo además, en 1972, como encargado político del comité local del MAPU en Vicuña.
Un hombre sencillo, humilde, conciente, muy ligado a su vida comunitaria, rechazando una jefatura en indap porque, cito textual: “yo soy obrero y tengo que estar con mis compañeros, no me hallaría estar ahí sentado de administrador, como jefe, mandando, no es lo mío”, según recuerda su esposa guillermina.
Llega el 11 de septiembre de 1973, y al escuchar las transmisiones radiales a las 06 de la mañana con las noticias y el discurso del Presidente Allende, inspirado por la indignación partió a avisar a sus compañeros, a las organizaciones y a toda la comunidad de Vicuña, a alertar lo que se venía, siendo posteriormente detenido el día 13 de octubre y trasladado a la cárcel de La Serena, donde finalmente el día 16 de octubre, por orden de Sergio Arellano Stark, al frente de la Caravana de la Muerte, fue fusilado junto a 14 compañeros.
Se le imputa la muerte por: “Sustraer explosivos a viva fuerza desde el polvorín de contador, en vicuña, el día 11 de septiembre de 1973, explosivo que le fue encontrado oculto bajo tierra y listo para ser usado» y por ser “instructor de manejo de explosivos en una escuela de guerrilleros que funcionaba en Vicuña”. pero claramente nada de eso era cierto. fueron fusilados por pensar distinto, por estar junto al pueblo. Así, violaron sus derechos humanos, todo esto, acreditado por el informe de la comisión retting.
Jorge Manuel Vásquez Matamala, oriundo de Parra, empujado por el deseo de su padre, el Sargento de Carabineros Horacio Vásquez y su madre María del Rosario Matamala, se instalaron en la localidad de El Tambo junto a sus hermanos Teresa, Berta y Nena al instalarse un Retén de Carabineros. Era un niño tranquilo, estudioso, responsable, compartía con sus hermanos y amigos en El Tambo donde conoció a uno de sus amigos que se convertiría en su cuñado y su compañero de luchas y trabajo, Luis Ramos.
Entre los movimientos laborales de su padre, se trasladaron a Iquique, donde los hermanos Jorge y Teresa, participaban de las actividades sociales e integraban grupos de teatro.
A los 15 años, Jorge, empezó a trabajar en las salitreras, lugar en el cual, juntándose a escondidas, se enamoró de Nora, a quien su familia mandó lejos de Jorge pues no les agradaba, pero Jorge, enamorado profundamente, no se dio por vencido y llegó, junto a sus padres, donde la familia de Nora a pedir su mano, con la cual finalmente se casaron en la ciudad de Iquique. En esos años, Jorge manifestaba abiertamente sus inquietudes sociales y preocupaciones por la situación de los trabajadores. Corrían los años 1946, 1947, y la ley maldita entraba en vigencia, por lo que Jorge fue perseguido en la salitrera, logrando embarcarse escondido desde Iquique rumbo a Coquimbo junto a su familia.
Consiguió trabajo en el mineral de El Tofo, donde comenzó la formación del sindicado, figurando como un activo dirigente, inspirado también por la religión católica, ya que fue un hombre que apadrinó a muchos hijos de amigos, por su carisma, compromiso, cualidades humanas y el espíritu de servicio. Llegó a ser presidente del sindicado de El Tofo, y en el año 1953, bajo el Gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, fue nombrado subdelegado de gobierno.
Como presidente del sindicato se destaca su liderazgo para defender los derechos de los trabajadores. en medio de una huelga laboral, liderada por él, los dueños de El Tofo, le ofrecieron educación para sus hijos en La Serena, universidad, casa propia y camioneta, ante lo cual se niega tajantemente y dice “la huelga sigue”, por lo cual luego de casi 30 días de lucha, es despedido de minera El Tofo, lo que lo embarcó a iniciar un nuevo camino como comerciante ambulante, manteniendo su vínculo con las causas sociales y políticas, ingresando a la democracia cristiana donde actuó como dirigente comunal, logrando mantener su liderazgo y referencia social, lo que permitió que fuese apoyado por los jóvenes y sectores más progresistas de la Democracia Cristiana en aquel entonces.
Eran tiempos agitados, una represión feroz con muerte de muchos trabajadores sacude a el mineral El Salvador tras una huelga, generando divisiones internas dentro de la DC, y Jorge, sin vacilar, se alinea con los más comprometidos con los sectores populares y el desarrollo de un proceso revolucionario, y a pesar de haber ganado la dirección de la juventud de la DC en las elecciones, perdieron la junta nacional tras la intervención del Presidente Frei Montalva, por lo cual decide junto a los más rebeldes abandonar el partido.
Tiempo después, Jorge junto a su hijo Efraín, Juan Carlos Brown y otros compañeros, asisten a una reunión en el sindicado de la telefónica en Santiago: la constitución del Movimiento de Acción Popular Unitaria MAPU.
Con el triunfo de la Unidad Popular, Jorge asume como Gobernador de Vicuña, nombrado por el Presidente Salvador Allende, buscando adecuadamente implementar las medidas de Gobierno, y como era un gran dirigente, vinculado muy activamente con la comunidad e incluso con Carabineros de Chile, a la llegada del Golpe de Estado, le permiten entregar su cargo y retirarse de la Gobernación, no sin antes dejar mensajes de apoyo al presidente y de repudio al golpe, tanto en las murallas como en el libro de actas.
Retirado ya en Coquimbo, dormía en el taller de un compadre por seguridad, ya que su casa había sido allanada en varias ocasiones. Junto a Efraín, su hijo, habían acordado que ante un golpe se irían hasta Argentina para buscar refugio, entendiendo la compleja situación que se vivía.
En ese viaje, al llegar hasta Matancillas en la localidad de Rivadavia donde encontró refugio, Jorge es detenido por las fuerzas policiales tras ser encontrado, siendo herido por armas y bajado a la Comisaría de Vicuña donde estuvo amarrado con alambre de púas y sin ayuda médica, quien finalmente fuera asesinado el día 16 de septiembre de 1973 por, según la prensa de la época “resistir y desobeceder 3 veces la intimidación que le hicieran las fuerzas del orden” y que “habría ido a dinamitar el tranque de La Laguna” y Jorge… viajaba con una maleta pequeña con sus enseres personales, por lo cual claramente no era así.
Fue asesinado por pensar distinto, por estar junto al pueblo, al igual que Carlos Alcayaga. así, violaron sus derechos humanos. su familia, tras pujar firmemente con la fuerza del amor que los unía, logran encontrar sus restos en la morgue de La Serena, sepultándolo bajo estricta vigilancia policial.